La edificación sostenible tiene como objetivo la reducción progresiva del impacto ambiental de la consecución de la habitabilidad -la utilidad social que proporciona- mediante la progresiva adquisición de estrategias de cierre de los ciclos materiales implicados en ella.[1]
Como lo dice el autor citado, la sostenibilidad en la edificación es llevar a cabo procesos constructivos en donde se utilicen materiales obtenidos de fuentes renovables o que su proceso de producción no genere un impacto a ambiental alto. Además de esto, los procesos constructivos deben ser lo más eficientes para que en la duración del mismo no se generen impactos negativos al ecosistema.
Nosotros como Gestores y Constructores, somos los directos responsables en la implantación de procesos y el uso de materiales que generen un bajo impacto ambiental, ya que por la preparación académica que tenemos, podemos realizar mejoras en los actuales y desarrollar nuevos procesos constructivos.
Nuestra labor, es crear conciencia en las personas que trabajan en el medio de la construcción del gran impacto que esta actividad genera en el medio ambiente y cómo podemos mitigar estos impactos. Desde las etapas de planeación se debe hacer diseños con áreas y espacios en donde se pueda ahorrar en el consumo de energía, el uso adecuado del agua y la utilización de materiales renovables o de bajo impacto en su fabricación. En la etapa de ejecución, la implementación de planes de manejo ambiental en donde se garantice que los procesos constructivos van a generar un mínimo impacto y cumpliendo con las normativas de uso del suelo y normativa ambiental vigente. Ya en el funcionamiento de la edificación, realizar mantenimientos preventivos que prolonguen la vida útil de la edificación y evitar asi la demolición de predios y apuntando a la reforma de edificaciones actuales.